Una reina conquista en el frente,
coronada de gloria si Pallas lo quiere.
Una reina de oro en palacios no duerme;
en su alma fuego, sangre y humo vencen.

Una reina no para quieta en su trono,
no sea cosa que asĂ­ le roben el honor
porque las victorias se siembran de a poco
y luego se cosechan cuando es la estaciĂłn.

Una reina guerrea con el calor de sus pechos,
pechos de mujer, de muerte, vida y celos.
Una reina no atiende ningĂșn falso ruego,
pero se enternece cuando son verdaderos.

Una reina conquista con terribles amores,
a enemigos y amigos que se ufanan mayores.
Una reina se viste orgullosa de honores
y el arcoĂ­ris le presta a ella sola sus colores.