Renuevo mis votos, 
los votos que me prometí a mí misma.
Me miro en el espejo y digo:
"Querida Ariadna, te prometo".

Me prometo que acariciaré mi piel,
mientras me susurro mis deseos.
Me prometo que nunca más me diré
que no soy digna del amor.

Me prometo escuchar mi corazón
y su fuente inacabable de emociones.
Me prometo mirarme en el espejo
y aprender a ver la verdad que muestra.

Me prometo que lloraré
cuando mis heridas escuezan y duelan.
Me prometo buscar a mis amigas
cuando la soledad me engulla.

Me prometo que no permitiré
que mi inocencia se torne en miedo.
Me prometo que no permitiré
que el pasado se torne en culpa.

Me prometo vivir exactamente
tal y cual he soñado siempre,
en el silencio de noches frías,
con mis manos como único consuelo.

Si son ahora esos días soñados,
¿No es hora de vivir lo prometido?

Con la mano en mi pecho adolorido, prometo:

"De ahora en adelante,
voy a tratarme con amor,
con el amor que quiero".