Déjame que te cuente.

Tus miedos no son algo malo. Están ahí para protegerte, ¡pero no les hagas caso siempre! Son tus consejeros, cariño, pero a los consejeros no se les da la razón siempre en la corte, ¿no? Pues eso: escúchalos pero decide si les vas a dar el beneficio de la duda o si vas a descartar su voz… Y para eso…

Para decidir bien eso, déjame que te cuente.

Para. Respira. Observa. Siente tu alrededor. Siente las personas que tienes en tu vida. Pide ayuda a quienes te quieren. Y, entonces, mide el consejo de tus miedos contra todo lo que te ofrezca la realidad.

“Easier said than done…” I know, darling; I know it’s not easy, but it is a skill to be trained!

Lo has hecho bien, cielo. Déjame que te cuente de una chica asustada que ni se parecía a una chica, que estaba perdida en una ciudad en la que no había vivido por casi 10 años, sin casa, sin dinero… Ah, ya veo, no quieres que te recuerde tu historia…

Te entiendo. Ya sabes que todo salió bien, incluso cuando todo parecía perdido.

Entonces, cielo mío… ¿Por qué no va a salir bien ahora? 😉

Sé que la pasas mal. En presente. No, no, no vengo a decir que es poco por lo que pasas. Es complicado. Pero yo sé que lo superarás todo paso a paso. Tienes ángel, bombón.

Sí que te pido una cosa. Te la susurré al oído hace unos días, de vuelta de un café. Sí que te pido que creas en algo más grande que tú. Puedes elegir qué, pero te vendría bien tener algo que te conecte con algo más allá. Y ojo, no es que ya lo hagas: crees en la justicia, crees en un orden de las cosas y crees en el amor aunque digas que se te hace bola –tía, no te mientas–. Con eso ya tienes unas semillas. O expande. ¡Pero no te quedes con un horizonte pequeño!

Mereces darte lo que es esencial para ti. Venga. Lo has hecho muy bien. Sigue así. Descansa. Respeta el proceso hermoso por el que estás pasando. Acepta. No sobrevivas: vive. Y cuando te duela algo, llora y llama, no te quedes sola.

Reina valiente… Sí, valiente, porque te la pasas superando tus miedos, de un modo u otro.

Déjame que te cuente cómo acaba tu historia: acaba bien… acaba bonita.

😉