Tengo la “regla” de no escribir de madrugada. De madrugada me suelen salir textos sombríos y desesperanzadores que, por la mañana siguiente, borro y no publico… pero, esta vez, sé que no será así. Sé que será un pequeño texto que, quizás, me haga sacar alguna lagrimita de alegría y amor.

Anteayer había sido un día muy oscuro. Lloré mucho y desahogué mucho.

Ayer empecé el día como rendida, pero sin malestar. A ver, como digo a veces: sé que transmito mucha seguridad y mucha valentía, pero soy frágil y vulnerable también. Apenas soy una baby. He vivido poquito de lo que me toca por esta segunda vida tan bonita. Todavía no piso firme, pero no pasa nada… Solo es cosa de tiempo. Y digo esto para explicar que, muchos días, levantarme de la cama es duro o a veces tengo días muy sombríos en los que tengo que sacar la espada y el escudo para defenderme de mis demonios y poder vivir el día.

Pues ayer, no, sin malestar… como rendida, pero sin malestar. Publiqué en mis Instagram Stories algo sobre la “tarea” que me había propuesto mi terapeuta sobre actuar con la libertad y el deseo en mente y no tan centrada en la obligación… especialmente cuando se trata de cosas que tienen que ver con mi bienestar corporal o mi estética o cosas que, simplemente, me gustaría hacer o experimentar.

Ya, es que esta es, mentalmente, mi verdadera adolescencia, mientras mi cuerpo completa su segunda… pero esta vez con conciencia, no como la otra que ya pasé. La tentación de querer controlarla entera y que nada se salga del plan es tan fuerte. Quizás al principio esa disciplina me vino bien, pero oye… ¿ahora? Nah, yo creo que ahora ya no… Ahora toca libertad.

Resolví una cosa que tenía pendiente… bueno, la jugada no me salió como yo quería porque las fechas son complicadas… Da igual qué es lo que era. Simplemente diré que días atrás me agobiaba… y que ayer me entró la ansiedad en el momento en que, por teléfono, me avisaban de que tendría que esperar a después de Reyes para algo que quiero…

Pero paré la ansiedad. “Ari, ya está, has hecho todo lo que podías hacer ahora. Ya tienes esto apalabrado para tal día. Ahora toca esperar. Olvídate del tema hasta ese día”.

Alivio. Me había rendido. Había soltado conscientemente algo. Creo que, conscientemente, no lo había hecho nunca. Sí que he soltado cosas en el pasado por pura priorización o automatismo… pero decidirlo para aliviarme el peso… Nunca.

Sé que es un hábito que hay que construir. Esto de ayer fue recién solo una primera piedra.

Sigo. Recibí un regalo por las Fiestas y, luego, quedé con una amiga por la tarde para tomar un café, que hacía mucho que no nos veíamos. Una amiga que me conoce de antes de… pero es que me conoce de antes de que yo me fuera a Barcelona en 2011 incluso.

¿Sabéis ese sentimiento de casa? Pues eso. También primera vez.

Lamentablemente tengo que confesar que, desde hace bastante tiempo, me ha costado estar con otras personas… o, incluso, se me ha hecho difícil aceptar de verdad que hay personas que me queréis. He estado desconfiada, huraña, errática y muy, muy hundida en el ¿cómo me estarán juzgando?

La verdad, pido perdón por no haber sabido acoger el cariño que me regaláis.

Durante muchos años funcionaba queriendo agradar, como si así se pudiera comprar el amor. Me viene de la infancia. Poco a poco este último tiempo me he visto… no sé… como que me he rendido a que eso es pan para hoy, pero hambre para mañana. No hay nada más bonito que te quieran siendo quien eres… y, a pesar de las barreras que ponía entonces para agradar o las que he puesto en el último tiempo para protegerme, hay quien ha sabido ver detrás de ellas y quererme igualmente.

No solo el café de ayer… hay tantos detalles en estos últimos años… tantas almas bonitas… y yo quiero acoger ese cariño. He luchado mucho contra la mentira de que no me merezco amor ninguno, que me la dijeron en su día y que me la digo yo cuando estoy mal. Sé que es mentira, pero viene a acecharme de vez en cuando. He luchado, me he protegido, pero…

Pero ahora quiero dar el paso a la libertad, que decía mi terapeuta. Y hay una relación muy grande entre libertad y saber aceptar el cariño que te dan. Si tu alma se libera, creo que eres capaz de verte como te ven quienes te quieren. Y entonces ves el esfuerzo, las heridas sanadas, las lágrimas que tuviste que llorar mientras hablabas con tus amigas por chat porque no queda otra con la distancia, el tiempo que te han dedicado… y también ves que tuviste que separar el trigo de la paja aunque doliera… porque una también merece poner límites.

Iba a usar el verbo entender, porque ya sabéis que me refugio siempre en lo racional como lugar cómodo… No, voy a usar otro.

Creo que he experimentado un rayito de sol nuevo. Eso que contaba el otro día, también de mi terapeuta, de que, según ella, estoy en esa aurora en la que coinciden el final de una etapa con el inicio de una nueva. Y se siente bien. Me animó el día pero me animó la existencia también.

Hace mucho que vengo escribiendo ese deseo tan profundo de aprender a cuidarme, a tratarme bien, a entregarme a lo que siento, a lo que deseo y a soltar. Este no es el primer post ni va a ser el último donde lo diga, de una u otra forma. Se ha vuelto un anhelo constante. Me faltan objetivos más materiales, quizás, pero es que el objetivo ahora es… bueno, he salido del agujero, ahora… báñate en rayos de sol, en el arroyo fresco, vívete como tu niña interior.

Sé que me repito mucho en este blog. Pero también pensad que esto es, en mucho, un diario de terapia no planificado… Ya mutará o no a otras cosas.

Es terreno desconocido, ¿sabéis? Aceptar el cariño… acogerlo… Tiene sus riesgos, claro… Sin embargo, ahora creo que puedo confiar en mi corazón. Siempre hay que trabajarse, pero ahora creo que puedo… ahora quiero hacerlo acogiendo en mí el amor en todas sus formas.

Creo que esta madrugada me voy a la cama, tarde, pero con menos miedo, con el corazón más abierto y más libre y con las ganas de que ayer no fuera un oasis en medio de un desierto, sino los primeros rayos de un día nuevo…

Sigo siendo la Novia que sigue caminando, caminando, caminando…

(Mañana revisaré este texto y, si lo estás leyendo, es que me gustó y, por eso, lo publiqué… pero ahora sí que necesito dormir) 💜