Estoy pasando días muy difíciles. He reventado. He reventado por segunda vez en menos de un mes. Y lo difícil es que sé por qué he reventado… pero es tan delicado que me guardo los porqués para las sesiones de terapia y para conversaciones con algunas amigas muy cercanas…

Inciso de Ari del Futuro: Ahora mismo, cuando subo este post, estoy mucho mejor. Lo escribí tarde anoche, pero esta mañana me siento bastante mejor… No cambio el texto; me gusta que sea una fotografía del momento en el que lo escribí… y seguramente estoy mejor justamente por escribirlo. No hay que bajar la guardia, eso sí… Todo lo que digo aquí sigue siendo válido.

Quiero hablar de los efectos que he sentido, de eso sí… de cuando la alegría se esfuma, te sientes sola, te sientes sin salida ninguna y todo se derrumba… Es que me he sentido así, pasando de una rabia incontrolable –por algo que, en realidad, tapaba las verdades– a ahora una especie de sentimiento como de zombie, como que floto en el aire sin saber muy bien qué va a venir ahora… Y mucho miedo, también.

Me enfado conmigo misma diciendo que debería ser más valiente, que debería soñar más, imaginar, ver las cosas mejor, sentir la realidad que vivo… y es difícil… Sí, todo lo que escribí en Esos ojitos eran sentimientos de verdad… pero también es verdad que esto es una batalla larga, la de crecer, la de sentirte, la de sanar…

No me gusta lo que estoy sintiendo ahora. No me gusta sentirme impotente, sin ganas de nada, dudando hasta de si ir o no al Calzedonia a comprar unas pantis o sentirme impotente ante las cosas. Me siento pequeña. Y lo frustrante es sentirte así cuando sabes sentirte grande, cuando sabes que has sido muy valiente… Sé que tengo muchísimo más poder y, cuando simplemente no puedo… me culpo, me olvido de que soy humana, de que no soy perfecta y de que estoy en construcción… me olvido de que tengo que darme tiempo.

Cuando estás agotada quieres que todo vaya más rápido, no tienes paciencia y te echas la culpa de que estás retrasando las cosas por estar agotada. Yo, al menos, me pongo muy rabiosa y empeoro así la situación.

Este lunes vuelvo a terapia. Por fin. He tenido un poco de mala suerte estos meses… mi terapeuta estaba con problemas de salud y recién ahora se ha podido reincorporar al trabajo. Por otro lado, estos días me he armado de valor para contactar con la misma psicóloga clínica que me diagnosticó que había sido víctima de abusos y de la que, la verdad, me escapé porque eso era demasiado doloroso para mí en ese momento. Aunque esa cita tardará un poco en llegar, estoy medio orgullosa de haber activado todos los recursos.

Es que no quiero vivir sin sonreír o sin dar pasos o sin crecer y, más importante, quiero dejar de boicotearme… Siento que restrinjo tanto mi vida… No sé si es natural… Me siento un poco como Nog en el holoprograma de Vic Fontaine en DS9… Hay días que no me siento preparada para volver a la vida… o sea, a una vida más real, no tan encerrada…

Veo a personas a las que quiero mucho avanzar en proyectos que tenéis… y yo sé que es difícil pelear por una idea… pero os veo felices, avanzando en algo que extiende vuestras vidas a algo más allá de los límites de vosotros mismos… Os envidio: bailarines, ilustradoras, escritores, profesores de universidad, emprendedores, fotógrafos… ¿Y yo qué? No tengo sueño ninguno salvo dejar de sufrir tanto, avanzar en algunas cosas –con tantas dudas– que tienen que ver con mi cuerpo y la relación con él… y poco más… Cuando escribía mi tesis al menos el objetivo era ese… Este blog… Bueno, está bien, pero no deja de ser muy sobre mí y no sé si es algo que tenga valor para los demás. Lo tiene para mí y por eso lo continúo… pero me gustaría… creo que me vendría bien crear algo que esté hecho para otras personas. Ni idea de cuál es mi vocación.

Ya, sexóloga me encantaría… pero ya lo dije hace un tiempo… Necesito más experiencia práctica… Que sí, que una puede sacarse el título sin ser una diosa del sexo, pero oye, que mi falta casi total de experiencia tampoco ayuda, la verdad, si una quiere ayudar a otra gente sin divagar en la teoría… En algo tan humano, pues la teoría sola no vale.

Estoy desanimada, porque estoy agotada y los problemas son muchos encima. Odio saber que necesito descansar, ser más compasiva conmigo misma y no caer en la desesperación… Lo sé, pero cuánto daría por ser una máquina imparable con las cosas claras… Entonces no sería humana, supongo… No, tampoco es plan.

Intentaré ir poco a poco haciendo cositas que me gustan. Ayer me vino bien ir a comprar café interesante y recibir como regalo otra bolsa, siempre con los consejos de mi querido Roberto de Indiano Café. Últimamente entre unos y otros defensores del café de especialidad me hacen probar cafés nuevos que son a veces una aventura maravillosa de sabores… Y eso me alegra el día… No se trata de forzar la alegría, porque la tristeza es buena… pero sí no dejar de hacer cosas aunque sean pequeñas.

Seguiré confiando 🥰